- Por un lado, tenemos a la cantante británica Lilly Allen (SMILE, Littlest thing, Not fair), que sufrió una aparatosa caida durante una actuación en Suecia la semana pasada, con lo que se fastidió la espalda y ha tenido que estar a base de analgésicos y calmantes desde entonces (no como los de Amy Winehouse... analgésicos de los de verdad), pero no por ello ha dejado la gira, es más, en su última actuación en Helsinki, rompió a llorar en mitad del concierto y contó que estaba tomando una fuerte medicación y que si lloraba era por su dolor, no por sus fans (a los cuales no queria defraudar y por ello acabó el concierto).
- Por otro lado, tenemos a los locales Pignoise, que en el concierto de la plaza de toros de Agudo la pasada madrugada, alegaron problemas técnicos mientras sonaba una de sus canciones (Nada que perder, encumbrada a los más altos olimpos gracias a una cutre-serie de TV) y dejaron a sus fans con un palmo de narices porque "aquello no sonaba bien, y para no tocar como queremos, nos piramos". Eso si, como buenos discipulos SGAEistas, cobraron una pasta, y por adelantado.
Esto es lo que pasa cuando se les intenta a dar a todos las mismas oportunidades, cuando realmente no todos somos iguales, o cuando se les da un portatil a cada niño o cuando se encumbra a niñatos como estos... gracias a vosotros, OT existirá un año más.
Extraido de los articulos de elmundo.es (este y este).
Muisheto Feroz
No conocía ambos casos pero si a los dos grupos y echando un vistazo a lo elaborado de las letras e imagen que ambos projectan la verdad es que no puedo decir que me sorprendieran.
ResponderEliminarMás profesionalidad y menos 40 Principales necesitan estos Pignoise.
ResponderEliminar