El Gobierno de España huele mal, como el pescado pasado, y conocedor de la larga duración de los alimentados ahumados sabe que lo mejor para ocultar ese mal olor es el humo. Total, es una práctica a la que en Calle Ferraz están habituados.
En la misma semana en que la FED estadounidense deja caer que volverá a permitir la emisión de jugosos dividendos por parte de los bancos que gocen de buena salud, propiciando una importante subida en bolsa, esa misma semana en la que RBS, propiedad del gobierno británico al 83% como medida de rescate, anuncia que sus activos tóxicos han sido drásticamente reducidos y que sus ingresos se han incrementado 6 veces , esta semana en la que tan bien le está yendo a otros, es la semana en la que hemos presenciado un nuevo aumento del desempleo en España y un estancamiento de la economía.
¿Qué haría todo gobierno normal? Apechugar, afrontar males, agarrar el toro por los cuernos y hacer fuerza hacia adelante. Pero el nuestro no es un gobierno normal, es un gobierno de miembras, jóvenas e idiotos, un gobierno que se diría plantea sus propuestas de ley utilizando a ese ejército de monos que podría substituir a Dante, si no fuera porque este es el gobierno de las mamarrachadas como el Ministerio de Igualdad (llamado así porque nunca cambió nada, es decir, lo dejó todo igual).
En la peor crisis económica que muchos españoles recuerdan nuestro bienamado gobierno se desmarca con la apertura del debate de ¡el orden de los apellidos! ¿En serio? ¿Hemos llegado ya al día de los inocentes y yo no me he enterado? Todo sea por la igualdad, dicen, pero que yo sepa nadie se ha planteado todavía hacer un permiso de paternidad de igual duración al de maternidad, porque todos sabemos que eso no representa una desigualdad. Pero utilizar el apellido paterno como primer apellido en caso de disputa entre progenitores aún sabiendo que el o la perjudicado/a puede cambiárselo cuando sea mayor de edad, ¡herejía! ¡Sacrilegio! Permitir eso no es de sociedades democráticas. Aparca el paro, la deuda, la calificación crediticia y la fuga de cerebros, que nada de eso tiene comparación ante el debate de García Martín o Martín García.
Al final será cierto eso de que África empieza en los Pirineos.
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