Tras unas (quiero pensar) merecidas vacaciones en EEUU vengo de vuelta a estos fueros que tan abandonados tengo. De mi periplo en ultramar hablaré, no os quepa duda, pero mientras mi desfase horario vuelve a la normalidad y me pongo al día con las tareas del curro (las 22:00 y sigo trabajando, oigan) quiero dejar una perlita estadounidense que me he encontrado en la prensa.
Obama estuvo de visita hace poco en la capital londinense, cosa que pude atestiguar gracias a una carrera que me pegué por los alrededores del palacio de Buckingham.
Y resulta que, durante su visita, se le "olvidó" pagar el recargo de congestión (congestion charge), una especie de peaje por circular por el centro de Londres en horas punta. El gobierno estadounidense considera que el recargo es un impuesto y por tanto, en virtud de cierto tratado diplomático, no tiene obligación de pagar, punto en el que discrepa la administración británica que ha decidido imponerle una multa de 120 libras. Peccata minuta para un presidente, dirían algunos, pero según informa la BBC la cabezonería de no pagar hace que el gobierno de EEUU acumule una deuda de 5,5 millones de libras en concepto de multas y similares. Y ojo, que si les da por empezar a reclamar estas deudas la de la embajada española asciende a 1.25 millones...
¡He vuelto!
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