Google ha destapado una caja de los truenos que puede ser mayor de lo esperado (al menos de lo esperado por el público). El reciente anuncio de que podría pactar con Verizon un acuerdo por el cual sus páginas tendrían preferencia en el tráfico del operador norteamericano (rompiendo la neutralidad de la red) es impactante por sí solo, pero si lo combinamos con el hecho de que Google decidió hace unos meses incluir la velocidad de carga de una página como uno de los factores determinantes a la hora de posicionar el sitio en los buscadores la cosa se vuelve tétrica.
Google ya ofrece posicionamiento por pago, pero lo indicaba claramente con un letrero que dice "enlace patrocinado"; ahora bien, si la medida anterior sale adelante podemos encontrarnos con un "empuje" hacia los puestos altos de los resultados de búsqueda condicionado únicamente por el proveedor de servicios de Internet que hayamos contratado. Posicionamiento por contrato, pero sin el cartel de "enlace patrocinado". Ahí queda eso.
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