Muchos nos han hecho esta pregunta a lo largo de los siglos... err... años que tenemos este blog en activo. Bien, la respuesta es sencilla: nos gustan los gatos, los conocemos bien, y sabemos que su aversión al ejercicio los aboca irremisiblemente hacia la obesidad. ¿No me creéis? Echadle un vistazo a lo que sucede cuando los pones ante una cinta de correr.
Gràcies Xavi.
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