El segundo día consistió en una visita a la ciudad, donde pudimos apreciar algunos de las maravillas locales y lo que significa ser islandés. Destacar cosas como la iglesia luterana Hallgrímskirkja, de nombre casi tan impronunciable como aquel volcán que llenó el espacio aéreo europeo y forma de cohete, tal vez como metáfora para representar que la religión es la mejor forma de llegar al cielo. Atentos al aviso de carga en el ascensor que lleva a lo alto de la torre y a partir del cual inferimos que el islandés medio pesa 105kg.
Igualmente sorprenderte fue disfrutar de la gastronomía local, con gran variedad de ingredientes, algunos de los cuales incluso provocan remordimiento de conciencia: filete de ballena, foca rellena, frailecillo ahumado... Animales que tal vez no de deberían comer, pero que no por ello dejan de ser una auténtica delicia.
Pero la pañolada vino con el tercer día la prima sesión de aventura: ruta a caballo por campos volcánicos con vistas al Eyjafjallajökull, seguido del llamado Golden Circle: Geysir, lugar del primer géiser documentado en Europa; Gulffoss, hogar de cataratas majestuosas, y la división atlántica, lugar donde las placas tectónicas sobre las que se asientan Europa y América se encuentran.
Sobre Geysir decir que el géiser está hoy inactivo, pero hay otros dos que les hace justa suplencia, mientras que Gulffoss... En fin, juzgad vosotros mismos :-)
El pequeño géiser
El gran géiser
Gulffoss
Wow que pasada! ojalá pueda ir este invierno, el pasado al final no pude :(
ResponderEliminar¿Tienes planes de viajar a Islandia? :-D
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