lunes, 28 de febrero de 2011

Regalitos desde Dublín

Tal vez como compensación a los esfuerzos del pasado jueves, Daniel nos ha traído de su viaje a Dublín esta maravilla...


Chocolate negro con sabor a Guinness. No sé cómo no se me ocurrió antes.

viernes, 25 de febrero de 2011

Misión: Colocón

23:10 GMT. Daniel, mi compañero de piso, cuelga el teléfono tras una conversación en la que combinaba risas y caras de circunstancias.

Daniel: Oh Dios mío.
Jam: ¿Qué pasa?
D: Caro me acaba de llamar, dice que viene.
J: ¡Perfecto!
D: Sí, bueno... creo que está borracha.
J: ¿Y no es bueno?
D: Sabes que tratar con gente borracha cuando tú estás sobrio es lo más coñazo del mundo. Tengo que beber y tengo que hacerlo rápido.
J: ...
D: ...
J: ...
D: ... no me gusta beber solo.
J: ...
D: ...
J: ... y quieres que nos emborrachemos contigo en menos de media hora para que puedas soportar a tu novia con mayor facilidad.
D: Correcto.
J: Juego, ¿ron?
D: Nah, prefiero vodka.
J: Ok.

miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Cómo se aprecia un bono?

En línea con mi reciente entrada sobre lo que es un bono me gustaría dar un paso adicional y mencionar el método utilizado para ponerle precio (o  menos uno de los métodos). Como ya comenté una de las principales características de los bonos es que puede ser vendido, generando así un mercado de crédito.

Al explicar el bono ya di una idea de cómo se podía calcular el precio del mismo a partir de los flujos de dinero que vamos a recibir. Así, en el ejemplo del bono de 10.000€ al 4% trimestral con vencimiento a cuatro años vimos que el total obtenido al final serían 11.600€, y podríamos decir a priori que este es el valor del bono. Por supuesto si la compraventa se hace pasado un tiempo desde la emisión y parte de los intereses han sido ya abonados esto tendría que ser descontado del precio.

Ahora bien, la cosa no es tan sencilla. Todos sabemos que 10.000€ hoy no son lo mismo que hace 10 años, y que tampoco serán lo mismo dentro de 10. El dinero "pierde valor" con el tiempo, en el sentido de que las cosas que podemos adquirir con él son menos año tras año. Así pues, estaríamos cometiendo un error si comparáramos 10.000€ a fecha de vencimiento del bono con 10.000€ a día de hoy; tenemos que calcular el equivalente actual de esos cobros que vamos a hacer en el futuro: a esto se le llama el valor presente. Existen otros factores que afectan al valor presente del bono como puede ser el coste de oportunidad (lo que dejamos de ganar por invertir nuestro dinero en este bono y no en cualquier otro producto), pero para mantener la explicación lo más simple posible me centraré en el cálculo del valor presente según la inflación; cálculos teniendo en cuenta factores adicionales son similares.

Volvamos a nuestro bono, el de 10,000€ a 4 años con interés del 4% aplicado trimestralmente, y supongamos una inflación del 2% anual durante los próximos 4 años. Esto nos dice que el dinero que recibamos dentro de un año equivaldrá a la misma cantidad hoy menos 2%, es decir, que los 100€ que reciba en diciembre de 2011 equivalen a 98€ de hoy. Igualmente, los 100€ que reciba dentro de dos años equivaldrán a 96€ de hoy. Aplicando esta regla a todos los pagos llegamos a lo siguiente:

Mes Neto Valor Presente
Marzo 2011 100.00 € 99.50 €
Junio 2011 100.00 € 99.00 €
Septiembre 2011 100.00 € 98.50 €
Diciembre 2011 100.00 € 98.00 €
Marzo 2012 100.00 € 97.50 €
Junio 2012 100.00 € 97.00 €
Septiembre 2012 100.00 € 96.50 €
Diciembre 2012 100.00 € 96.00 €
Marzo 2013 100.00 € 95.50 €
Junio 2013 100.00 € 95.00 €
Septiembre 2013 100.00 € 94.50 €
Diciembre 2013 100.00 € 94.00 €
Marzo 2014 100.00 € 93.50 €
Junio 2014 100.00 € 93.00 €
Septiembre 2014 100.00 € 92.50 €
Diciembre 2014 10,100.00 € 9,292.00 €
Total 11,600.00 € 10,732.00 €

Es decir, que donde parece que estamos cobrando 11.600€ en realidad estamos cobrando el equivalente a 10,372€. Podemos calcular fácilmente el interés equivalente, si conseguimos una ganancia equivalente a 372 después de 4 años, significa que la tasa de ganancia anual efectiva es del 1,83%% y no del 4% como pensábamos.

La primera conclusión de esto es que, desde el punto de vista del inversor, si comparamos países con diferentes divisas y diferentes tasas de inflación y ante bonos de las mismas condiciones, estaremos haciendo una ganancia efectiva menor en aquellos países donde la inflación sea mayor, por lo que típicamente invertiremos en países de baja inflación para maximizar el rendimiento. Esto implica, desde el punto de vista del gobierno o empresa que emite el bono, que para atraer al inversor necesitará mantener una inflación baja o, si esto no es posible, ofrecer un interés mayor como compensación... y todos sabemos que ofrecer más dinero nunca es del agrado del emisor de deuda.

Y esto es solo el principio, permaneced atentos que pronto atacaremos los bonos en profundidad.

domingo, 20 de febrero de 2011

La varita mágica

Por razones que escapan a mi control estoy haciendo estos días lo que no he hecho en 10 años: ver todas las películas de Harry Potter. Así, una detrás de la otra.

Algo raro sucede cuando ves una heptalogía de estas características sin esperar el típico año y pico entre un estreno y el siguiente, y es que ves los personajes creciendo a pasos agigantados, como si les estuvieran dando 14 Petit-Suisse al día (y no los típicos dos). El efecto me parece especialmente acusado en Emma Watson, niñita de cara dulce que interpreta a la repelente Hermione y que empezaba sus andanzas en la escuela de magia con esta guisa:


Los años pasan, las películas se estrenan y Hermione se convierte poco a poco en una adolescente con encanto. Sorprendido por la transformación y ante la impaciencia por ver cómo progresa esta mozalbeta me lanzo a esa vasta colección de todo que es Internet para hallar respuesta a mis preguntas. Y acabo descubriendo la razón por la que medio Hogwarts está deseando echarle unos polvos mágicos.


Asustado y avergonzado por mi propia reacción me pregunto, ¿no es muy joven esta chiquilla? ¿no estaré sintiendo deseos carnales que rozan si no sobrepasan lo ilegal e inmoral? Pero, ah, otra búsqueda me da también esta respuesta...


Emma Watson tiene 20 años, y una raja en su falda de la que bien podría cantar Estopa durante meses. Definitivamente hay algo mágico en las hadas, las hechiceras y los bosques encantados, algo que provoca calentórum del copórum en los hombres incautos que se acercan demasiado. Le funcionó a Michelle Jenner, le funciona a Emma Watson, y no puedo sino preguntarme quién será la siguiente.

domingo, 13 de febrero de 2011

Relación entre culpa y dolor

Tradicionalmente se ha defendido, especialmente entre círculos religiosos, que la mejor forma de lidiar con la culpa es a través de la penitencia. En estos tiempos en que el conflicto ciencia vs. religión parece alcanzar su clímax es curioso que nadie se hubiera puesto manos a la obra para confirmar o desmentir tal relación... nadie, hasta ahora.

Según cuentan en The Economist, Brock Bastian, de la Universidad de Queensland, Australia, reunió a un conjunto de estudiantes bajo el pretexto de realizar unos estudios sobre agudeza mental y física. Brock Bastian dividió a los estudiantes en dos grupos: al primero les hizo escribir una serie de experiencias personales en las que se hubieran comportado de manera poco ética, mientras que al segundo les hizo escribir una serie de experiencias cotidianas acontecidas el día anterior. Tras esto, y y disfrazando el experimento con encuestas varias, hizo a los estudiantes evaluar su sentimiento de culpa actual en una escala entre 1 y 5, siendo 1 nada culpable y 5 extremadamente culpable; como era de esperar, el primer grupo presentó una media significativamente mayor que el segundo, 2,5 contra 1,3.

Entonces viene la segunda parte del experimento. Alegando una prueba física, los estudiantes tuvieron que meter su mano no-dominante (la izquierda si se es diestro y la derecha si zurdo) en un cubo lleno de hielo y aguantar el máximo tiempo posible, tras lo cual debían establecer el nivel de dolor experimento en una escala del 1 al 5, siendo 1 indoloro y 5 dolor extremo. Aquí las cosas empiezan a ponerse interesantes: el grupo que había escrito sobre situaciones deshonestas aguantó de media 86,7 segundos con la mano en hielo, mientas que el grupo que escribió sobre situaciones cotidianas aguantó solo 64,4. Y no es porque no sintieran dolor, ya que la calificación del mismo fue de 2,8 y 1,9 respectivamente (a mayor tiempo mayor dolor), lo cual induce a pensar que el sentimiento de culpa puede predisponernos a tolerar un mayor grado de dolor.

Pero aún hay más. Tras el experimento físico se sometió a los estudiantes a una segunda encuesta de varios parámetros, entre los cuales se incluía de nuevo la pregunta sobre el sentimiento de culpa y, mientras que el grupo que habló de experiencias cotidianas expresó un sentimiento de culpa similar (1,2 de media contra el 1,3 anterior), el grupo que habló de experiencias poco éticas experimentó una caída en su culpabilidad, bajando a 1,1 desde el 2,5 anterior.

Por supuesto muchas interpretaciones se pueden hacer de estos datos y muchas más pruebas se tendrán que hacer, pero resulta cuanto menos interesante que una de dichas interpretaciones pueda ser que el sentimiento de culpa nos lleve a tolerar mejor el dolor y que dicho dolor nos ayude a librarnos del sentimiento de culpa. Quién sabe, al final puede que fustigar y flagelar no sean tan malos después de todo.

jueves, 10 de febrero de 2011

La cultura del esfuerzo

Publicaba hoy el diario La Verdad en su edición digital una entrevista a Joaquín Aranda, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia. Son muchas las cosas y de mucho sentido las que se dejan ver en esta entrevista (y, mucho más importante, de la boca de un auténtico docto en la materia), pero quiero destacar las siguientes frases (la negrita es mía):
Lamentablemente, hasta ahora ha predominado el modelo de colocarse en una empresa con un salario seguro, o hacerse funcionario. Trabajar de 8 a 3 y tener las tardes libres. Eso es lo que más me preocupaba. Cuando alguien te dice que quiere tener las tardes libres para hacer deporte o irse de compras, y que esa es su aspiración laboral, me parece inquietante. No es el perfil que se requiere para sacar nuestro país adelante. Cuando uno es joven tiene que partirse la cara por mejorar y progresar; lo otro vendrá después.
En esa etapa expansiva que hemos atravesado se ha perdido en España un conjunto de valores que son los que siguen funcionando en los países anglosajones, como el esfuerzo, el reconocimiento del talento, la responsabilidad y la motivación por las cosas bien hechas. Aquí hay generaciones que se lo han encontrado todo hecho. También había jóvenes que dejaban los estudios y se iban a trabajar a la construcción por más de 3.000 euros al mes. ¡Ganaban más que un catedrático!
No es el Estado el que tiene que dar solución a tus problemas, sino tú mismo. Cada uno debe intentar sacar los pies del plato. Ahora dices que trabajas por tu país o que eres un patriota porque hay que arrimar el hombro y está, o casi habría que decir que estaba, mal visto. Sólo somos patriotas cuando juega la Selección Española. Debemos estar en la cultura del esfuerzo. No es tanto el modelo como el impulso a la vocación empresarial, a que los estudiantes entren en la cultura del esfuerzo.
A eso me refiero también con el cambio de mentalidad; la motivación para crear tu propia empresa. Tienes que ser tú quien salga adelante y no puedes estar esperando a que alguien te diga cómo lo tienes o lo puedes decir. O lo que es peor, exigir que te lo hagan con la consabida y para mi deprimente frase de 'tengo derecho a …' Creo que debemos regirnos por la idea de que lo que lo que no seas capaz de hacer tú por ti mismo, no debes esperar a que otro lo haga por ti.
A ver si a fuerza de repetir estos núcleos de sensatez, al tiempo que desterramos los mimos populistas, conseguimos salir de esta de una vez por todas.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La nueva, la vieja y la pelleja

Bonito día para leer el diario...

La nueva
Una nueva nación ha aparecido hoy en el mapa, Sudán del Sur se separa de Sudán tras un referendo en el que el 99,9% de los votos han recaído a favor de la secesión. No tengo claro los motivos de la separación, si étnicos, históricos, filosóficos o lingüísticos, pero estoy seguro que las reservas de petróleo algo habrán tenido que ver.

La vieja
Ha ocurrido en Northampton, una pensionista de 75 años armada con su bolso ha interceptado a un grupo de atracadores justo cuando salían de una joyería. Su valerosa acción ha permitido capturar a uno de los delincuentes y rescatar parte del botín... y servirá a buen seguro como argumento a favor del retraso de la edad de jubilación.

La pelleja
El Dr. Jean-Louis Sebagh, especialista en cirugía plástica, advierte de los peligros de abusar de iPhone, Blackberry y demás teléfonos inteligentes: provocan arrugas de expresión. Con gran mentalidad mercantilista ya ofrece entre sus servicios la forma de contrarrestar tan nefastos efectos, ha nacido el "Blackberry bótox".

lunes, 7 de febrero de 2011

Grupos de moda

A pesar de que ayer mismo advertimos de la escasa disponibilidad para cuidar nuestras secciones semanales hoy venimos con una selección de los grupos de moda en Facebook y que claramente actúan como un indicativo de lo que a la sociedad de hoy le preocupa. Las temáticas son muy variadas desde lo que sucede cuando te tomas un par de copas...



cuando conoces a tu media naranja (o eso crees)...




cuando nos enredamos con el sentido de la estética


la música...



la televisión...





o el cine...




la manera en que vemos los vínculos sociales...





o, simplemente, aquellas preguntas que nos quitan el sueño...




Ale, y feliz lunes.

domingo, 6 de febrero de 2011

Secciones semanales temporalmente fuera de servicio

Hola a todos/as:

Como probablemente os habréis dado cuenta durante las últimas semanas no hemos sido excesivamente rigurosos con las secciones semanales Humor de Lunes y Friday Clip. Todo tiene su explicación. Tanto Muisheto como yo estamos pasando por uno de esos periodos de alta densidad que hacen que nuestra disponibilidad sea, además de baja, irregular, por lo que nunca sabemos cuándo vamos a tener un momento que dedicar a El Gato Gordo.

Cierto es que, cuando tales momentos aparecen, podríamos dedicarlos exclusivamente a preparar cuantos más artículos de humor y de música como nos fuera posible, pero después de debatirlo con detenimiento llegamos a la conclusión de que dedicar los pocos momentos de libertad a dos temáticas tan concretas afectaría nuestra creatividad, y dado que esto es principalmente un canal de expresión hemos decidido que tal sacrificio no vale la pena.

Es por eso que, hasta nuevo aviso y sin perjuicio de estrellas fugaces, las secciones semanales estarán fuera de servicio durante un tiempo. De esta manera trataremos de focalizar nuestros momentos de inspiración hacia una expresividad máxima.

No os vayáis, que nosotros no lo hemos hecho :-).

Un saludo,
Jam y Muisheto Feroz

miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Qué es un bono?

Dado que tanto se habla estos días del rating, la prima de riesgo, la financiación gubernamental y el mercado de crédito he pensado que sería una buena idea dedicar un artículo a explicar el elemento central de toda esta terminología: el bono.

Los gobiernos y las empresas utilizan diversos instrumentos financieros para obtener capital; existen muchos tipos de instrumentos, algunos más complejos que otros, pero todos se basan en el mismo axioma fundamental: existen individuos o colectivos con dinero e individuos o colectivos con necesidad de dinero, así como una voluntad de conectar los primeros con los segundos para prestar dicho dinero a cambio de un rendimiento económico.

El bono es probablemente el instrumento financiero más sencillo de cuantos existen. A grandes rasgos es un préstamo transferible, y en su versión más sencilla se compone de los siguientes parámetros:
  • Principal: Valor del bono, es lo que uno paga por obtenerlo.
  • Interés: Rendimiento que el bono ofrece, expresado como un porcentaje anual.
  • Periodo de pago: Tiempo entre un pago de intereses y el siguiente; combinando el capital, el interés y el periodo podemos calcular cuánto dinero recibimos en cada pago, a esta cantidad se le suele llamar "cupón" (derivado de los viejos tiempos en los que el poseedor del bono debía enviar un cupón físico para obtener el cobro del interés).
  • Vencimiento: Tiempo que tarda el bono en madurar; el poseedor recibe intereses hasta que el bono madura, momento en el que recupera el capital inicial.
Hagamos un ejemplo con números. Pongamos que en enero de 2011 compro un bono por valor de 10.000€, con un interés anual del 4% pagado trimestralmente y con un vencimiento a 4 años, los cobros que recibiría son:

Marzo 2011: 100€
Junio 2011: 100€
Septiembre 2011: 100€
Diciembre 2011: 100€
Marzo 2012: 100€
Junio 2012: 100€
Septiembre 2012: 100€
Diciembre 2012: 100€
Marzo 2013: 100€
Junio 2013: 100€
Septiembre 2013: 100€
Diciembre 2013: 100€
Marzo 2014: 100€
Junio 2014: 100€
Septiembre 2014: 100€
Diciembre 2014: 10.100€

Con lo que habiendo abonado 10.000€ recupero 11.600€. La gran particularidad es que el bono se puede vender, siendo el nuevo dueño el que recibirá los nuevos intereses hasta su vencimiento.

Por supuesto este es el más simple de los bonos, pero hay casi tantas variantes como emisores. Algunos pueden tener un porcentaje variable ajustado a algún indicador (tipos de interés oficial, inflación, etc.), otros pueden incluir la opción de que el emisor adelante el vencimiento a voluntad, devolviendo el capital inicial antes de tiempo y dejando así de pagar intereses. Otros incluyen la opción de entregar al poseedor, una vez el bono ya ha madurado, acciones de la compañía en lugar del capital inicial (en el caso de bonos corporativos, se entiende). Y muchas otras variantes que no entraré a discutir, puesto que se escapan de mi intención inicial de explicar los conceptos básicos del bono.

Dependiendo de la cuantía (el principal) los bonos pueden recibir diferentes nombres, pero no dejan de ser la misma entidad. En España, se suele utilizar la denominación letras del tesoro u obligaciones del Estado para bonos de cuantía relativamente pequeña, normalmente enfocada al inversor minorista, mientras que la palabra bono se suele reservar para crédito de altos capitales y destinados a fondos de inversión, etc.
Espero que esto ayude a entender un poco todo este baile de términos que leemos en los periódicos, y si no, dejad un comentario con vuestras dudas e intentaré resolverlas (asumiendo que el conocimiento me llega para tanto).