jueves, 31 de mayo de 2012

Pospuesto: Curso de posicionamiento web de la mano de Claudio García

ACTUALIZACIÓN: Este curso ha sido pospuesto, noticias en breve.

Una breve nota para dar a conocer un interesante curso sobre posicionamiento web impartido por Claudio García los días 9 y 16 de junio. Para aquellos no iniciados en el tema, el posicionamiento web incluye técnicas de SEO (Search Engine Optimisation u optimización para motores de búsqueda) y de SEM (Search Engine Marketing o Promoción mediante motores de búsqueda); estas técnicas son una forma de optimización de páginas web para mejorar la posición de estas en los resultados de búsqueda de los principales buscadores como Google y obtener de esa manera un incremento en el número de visitas con un potencial rendimiento económico. Cualquier persona que gestione o tenga una página web debería estar al tanto de este tipo de técnicas, por lo que aconsejo encarecidamente echarle un vistazo al siguiente enlace.

Curso de posicionamiento web

martes, 29 de mayo de 2012

Moscú: Siete días en la madre Rusia

Quien tiene un amigo tiene un tesoro, y yo tengo uno digno de zar: cuando te invitan a pasar una semana en Moscú por la patilla sabes que la cosa promete. Con "solo" comprar billetes y conseguir un visado en la embajada (Rusia no es de esos países a los que se pueda viajar sin más) me encamino hacia la capital menos europea a este lado de los Urales.

Decir Rusia es decir mucho, y yo solo tuve tiempo de visitar Moscú y San Petersburgo. Aún así, la visita fue espectacular. Para empezar hablemos de Moscú. La capital es enorme pero grande parte de su atractivo está concentrado en la zona del centro, de manera que uno puede pasarse varios días visitando simplemente los alrededores de la Plaza Roja.

La Plaza Roja, para empezar, no es roja, o al menos como yo la imaginaba. Tonto de mí pensaba que roja significaba que tendría los adoquines rojos, pero en realidad recibe su nombre color del Kremlin y la catedral de San Basilio. De nuevo, tonto de mí, ni siquiera tenía claro lo que el Kremlin y la catedral eran... Como muchos otros mortales hasta ahora solo había visto la Plaza Roja por televisión cuando algún corresponsal retransmitía una notica local, y al hablar del Kremlin mientras mostraban este lustroso edificio que parece una casa de caramelo pensé que esto era el Kremlin...





Pues no. La casa de caramelo es la catedral, compuesta de multitud de capillas individuales cada una de ellas coronada con una colorida bóveda en forma de cebolla. El Kremlin es en realidad un vasto complejo fortificado cuya muralla oriental da a la Plaza Roja y que alberga oficinas gubernamentales, el Senado Ruso, varias catedrales y un par de museos. De hecho, la palabra rusa kremlin hace referencia precisamente a eso, a una ciudad fortificada, y todas las ciudades mayores de Rusia tienen o han tenido su propio kremlin. En realidad esta era una práctica defensiva muy extendida por toda Europa durante la Edad Media y de la que de hecho aún se conservan numerosos ejemplos, uno de los más notorios siendo la Torre de Londres.

Pero en la Plaza Roja, además de la catedral y la muralla oriental del Kremlin, contamos con un tal vez menos famoso pero increíblemente significativo monumento: el mausoleo de Lenin. Esta construcción, enteramente basada en mármol rojo y negro y situada junto a la muralla oriental del Kremlin, alberga y expone a un Lenin embalsamado, protegido de la descomposición natural y a la vista de los visitantes, con su calva y su barbita, como si de un santo incorrupto se tratase. Es tremendo el respeto que profesan al revolucionario, tanto que se tomaran de mala manera cualquier gesto que no sugiera veneración absoluta (a mí un guardia me dio un empujón por quedarme mirando más de la cuenta).





Este homenaje al padre de la revolución, junto con la Plaza Roja misma, marcan los dos rasgos característicos de todo lo que uno se puede encontrar en Moscú: exaltación de los héroes nacionales (por todas partes se ven esculturas y bustos de poetas, militares, pensadores, etc) y fastuosidad extrema (un poco como Milán, cosa que no es casual pues en Moscú empleaban arquitectos italianos con frecuencia). Un buen ejemplo de ambas cosas puede verse, por ejemplo, en la parada Kievskaya del metro de Moscú, donde encontramos esta elaborada plataforma con mosaicos dedicados a los discursos de Lenin.





En resumen, una gran ciudad y un gran país del que aún me quedan varias cosas que decir, así que permaneced atentos ;-)

lunes, 21 de mayo de 2012

Gato gordo, gato flaco, gato urbano

De todos es sabido que soy un firme defensor de las iniciativas particulares. Suelo criticar con dureza a quien se cruza de hombros esperando que algún organismo público solucione los problemas de la sociedad, pero de la misma manera que critico tal cosa alabo cuando lo contrario sucede.

Un ejemplo de excelente iniciativa viene de parte de una amiga mía, quien enrolándose en un grupo de voluntarios y contando con la colaboración de la Universidad de Valencia trabaja un grupo de soporte para comunidades de gatos urbanos. Viviendo en una ciudad como Londres, donde no es raro cruzase con zorros por la calle, me parece una idea excelente tratar de cuidar las comunidades de fauna urbana, y si encima se trata fe felinos mejor que mejor.

Por eso quiero utilizar El Gato Gordo como caja de resonancia para la Colonia Felina del Campus Burjassot-Paterna de la Universidad de Valencia. La página web definitiva está aún en construcción, pero la comunidad ha montado una página provisional: http://www.uv.es/gatos. En ella podréis encontrar datos sobre cómo colaborar, bien en contribuciones periódicas o puntuales, y un número de cuenta donde hacer vuestras aportaciones.

Quisiera incidir en el hecho de que no hace falta ser un filántropo millonario para colaborar en estas iniciativas. Si no podéis comprometeros a una aportación periódica haced solo una, hoy, y ya habréis aportado vuestro granito de arena. Si pensáis que no tenéis suficiente dinero para aportar siquiera una vez... bueno, pensad un poco más. 5€, 1€, 20 céntimos... todo el mundo puede desprenderse de eso, la mayoría nos gastamos mucho más en cerveza. Es tan fácil como decir "hoy no tomo café después de la comida y ese euro lo uso para financiar la colonia de gatos urbanos". Pensad no solo en los gatos, sino también en esas personas que están haciendo un esfuerzo altruista y voluntario, esas personas que dedican su tiempo (y probablemente también su dinero) en aras de algo en lo que no obtendrán rédito personal alguno. Pensad en ese esfuerzo que acometen, y luego pensad si se merecen o no un simple euro.

Gracias de antemano.

miércoles, 16 de mayo de 2012

La historia desde el otro lado

Tengo ambición, lo sé. Lo que la vida me ofrece no es suficiente, tengo unas aspiraciones difíciles de satisfacer. Anhelo proyectos, logros. Anhelo prestigio y, por qué no, dinero. Anhelo algo que pueda llamar mío, algo de cuyo éxito o fracaso solo yo sea responsable. Y decido emprender.

Los inicios son duros, hace falta dinero y nadie me lo da. Los bancos me cortan el crédito y los inversores andan recelosos, así que tengo que recortar mis aspiraciones a mi presupuesto... por el momento. Exprimo cada céntimo, entre otras cosas evitando al máximo la dependencia hacia otras personas: yo me lo guiso y yo me lo como, y me paso cerca de 80 horas a la semana trabajando.

Llegan los primeros clientes, los primeros contratos. Estos marcarán tendencia, así que tiene que salir bien... si gusto volverán, si no ahuyentarán a los siguientes. Y me mato a trabajar, estoy agotado, pero no me importa porque es mi proyecto, mi vida, y lo estoy sacando adelante con el orgullo de mi sudor. Finalmente los clientes están contentos, incluso me recomiendan a otros, consigo más contratos y lo que empieza a ser cierta estabilidad en mi flujo de caja. Llega la hora de hacer algunos cambios.

Contrato a un par de empleados, los busco leales pues necesito poder contar con ellos en las horas bajas, aún no estamos para tirar cohetes. Delego en ellos parte de mis tareas pero no por ello trabajo menos horas, aprovecho el tiempo liberado para estudiar lo que ha fallado, lo que podría mejorar y hacia adónde he de virar el rumbo para asegurar el éxito. Pero poco a poco mis empleados van aprendiendo y el negocio se va asentado.

La empresa crece, ya somos unos cuantos. Justo cuando empezaba a pensar que podría bajar el ritmo y empezar a llevar un horario normal (como me recomienda el médico), veo indicios de que otros empiezan a copiar mis ideas y mi modelo de negocio. La cosa aún no es grave, pero podría serlo, y las relaciones que tanto me ha costado entablar con mis clientes podrían irse al traste. Es vital alcanzar una masa crítica, incrementar mi cartera para que la potencial pérdida de uno o más clientes no me supongan un desbarajuste económico. La zona está ya saturada y necesito expandirme a otras geografías, y eso implica oficinas nuevas, personal nuevo, productos nuevos... una inversión inmensa para la que no tengo capital. El crédito sigue siendo difícil así que decido rehipotecar mi casa para obtener el dinero necesario; si esto falla estoy en un buen aprieto, pero no quiero rendirme todavía.

La apuesta ha salido bien, nos hemos expandido a las principales ciudades del país y mi empresa ya cuenta con varios cientos de empleados, aunque la competencia empieza a ser cada vez más seria. Uno de mis empleados más antiguos ha decidido marcharse a una multinacional para crear una división que sea precisamente una copia de mi empresa... utilizando todo el conocimiento que le he dado durante estos años. Además la multinacional cuenta con unos recursos formidables: centros de operaciones de bajo coste en Chile, programadores en India, control de transacciones completamente automatizado que les permite procesar el mismo volumen que yo con la mitad de operarios... Aún tienen que ensamblar al equipo y salir a mercado, pero esto es serio, con unos costes operativos tan inferiores a los míos podrán ofrecer un precio mucho más bajo que yo y entonces será solo cuestión de tiempo hasta que esté en la calle. No veo más salida que externalizar algunas de mis operaciones a subcontratas de bajo coste y automatizar gran parte de mi trabajo manual, lo que inevitablemente implicará amortizar personal innecesario.

Los empleados se vuelven contra mí, me acusan de despidos arbitrarios. Dicen que no tengo derecho a quitarles sus puestos de trabajo, olvidándose de que si tienen trabajo es porque yo se lo di. Me llaman siervo del beneficio, a mí, que me endeudé hasta jugarme mi propia casa para sacar esta empresa adelante. Mi llaman insolidario para con la clase obrera, a mí, que trabajé como una mula arriesgando incluso mi salud para levantar esta empresa. Me llaman acomodado, a mí, que mientras veía a todos los demás sentados en el sofá esperando a que le dieran un trabajo donde le dijeran qué hacer decidí aventurarme donde nadie se había aventurado y crear un mercado nuevo. Me amenazan con la huelga, con llevar el asunto al comité de empresa. Me dicen que sus representantes les protegerán en esta vulneración de sus derechos, que no me saldré con la mía. Me dicen que son muchos y que eso les da la fuerza y la razón para luchar. Y me dicen todo esto sin darse cuenta de que están hundiendo mi empresa, mi sueño, y que con ella se hundirán todos ellos.

¿Qué hago?

martes, 8 de mayo de 2012

Azul

Una de mis lectoras más atentas me pidió recientemente una emoción. Tal cosa es de lo más difícil que se me puede pedir, hace falta tomar un sentimiento, romperlo en sus elementos constituyentes básicos y transformarlos en palabras... puede tomarme días o incluso semanas completar el proceso.

Por eso espero que, mientras tarareo esa emoción, estas simples líneas nacidas ya hace unos años y rescatadas de la memoria puedan servirle de aperitivo:

Azul sobre blanco y el brillo de la sorpresa.
Un lago en la nieve que refleja la luz del sol,
una espada que danza para clavarse en la razón.
Soledad que quiere seguir sola,
corazón que está en la cuerda floja.
Dos trozos de cielo,
dos gotas de vida.

De esos ojos me enamoré.



viernes, 4 de mayo de 2012

Nubes borrascosas

Tras las tres semanas de tranquilidad y desasosiego que fueron forzosamente provocadas por el robo de mi móvil me decanté por fin por un nuevo contrato y un nuevo iPhone 4s. He de confesar que no miré alternativas que no fueran de Apple para simplificar la transición: con un iPhone podría simplemente restaurar la copia de seguridad y operar como hasta ahora, mientras que con un teléfono Android o similar tendría que configurarlo todo de cero, aprender cómo gestionar la música y las aplicaciones, etc. iPhone parecía la opción más sencilla.

Así que me compro mi nuevo iPhone, lo dejo seis horas enchufado para la primera carga y procedo a activarlo. Idioma: inglés. País: Reino Unido. Servicios de localización: sí por favor (aunque la última vez me sirvió de bien poco). ¿Restaurar a partir de copia de seguridad? Y tanto. ¿Copia de iTunes o de iCloud? La de iCloud por favor. Y me viene el chiste.

No back-ups available.

Qué cachondo es este móvil, me dice que no tengo copias de seguridad. Apago, enciendo, repito todo el proceso de principio a fin...

No back-ups available. 

Debe ser la conexión a internet, no está conectando bien. Reinicio el router.

No back-ups available. 

¿Acaso tenía el móvil configurado con otra cuenta de iTunes? Tal ves mis copias de seguridad estén bajo mi cuenta española. Repito el proceso, cambiando la cuenta.

No back-ups available. 

Se me empiezan a llevar los demonios. ¿Así que esta es la facilidad de uso y transparencia de Apple? "Compre su móvil y restaure sus copias de seguridad desde la nube con facilidad", eso si las encuentras, claro está. Eran ya casi las 2:00 de la madrugada, así que opto por abandonar las bondades de los cumulo nimbos y volver a lo clásico: conectar el móvil al portátil y restaurar desde iTunes donde, ahora sí, veo mis copias de seguridad... pero con truco:

Copia de seguridad más reciente: 11 octubre 2011.

Muy bien, así que iTunes dejó de hacer copias de seguridad de mi iPhone hace seis meses cuando me cambié a copias en la nube, pero las copias en la nube no aparecen y me quedo en bragas. Qué maravilla, vaya cabreo pillé. Tras jurar en arameo durante 15 minutos y acordarme de todas las madres en Cupertino desistí y me fui a dormir.

El sueño reparador obró su magia y el informático que hay en mí tuvo un momento bombilla: tenía mi anterior iPhone actualizado a la última versión de iOS 5.1, mientras que el que he comprado viene con la versión anterior 5.0.1, ¿y si las copias de seguridad sin especificas para cada versión? ¿Y si no es posible restaurar una copia de seguridad sobre un iPhone de versión anterior? Manos a la obra, solo hay una forma de averiguarlo.

Conecto el teléfono al portátil para actualizar la versión, pero para eso tengo que activarlo primero y para activarlo tengo que configurarlo. Configuro el iPhone como si fuera nuevo, conecto a iTunes, descargo la última actualización, restauro el sistema operativo volviendo a la configuración de fábrica (proceso que en mi portátil siempre ha requerido varios intentos y algo de vudú). Y al estar de nuevo en blanco reinicio el proceso de configuración: Idioma: inglés. País: Reino Unido. Servicios de localización: sí por favor (aunque la última vez me sirvió de bien poco). ¿Restaurar a partir de copia de seguridad? Y tanto. ¿Copia de iTunes o de iCloud? La de iCloud por favor. Copia de seguridad disponible creada el 10 de abril a las 10:12... 10 de abril, justo el día que me robaron mi anterior móvil, más actualizada no puede estar. Perfecto.

El proceso de restauración comienza y, como se me han hecho las tantas otra vez, me voy a dormir. Y ahora sí, ahora sí que la hemos clavado, me levanto por la mañana y mi móvil tienen todo lo que solía tener: mis mensajes, mis correos, mis aplicaciones, hasta mi fondo de pantalla. Todo, no le falta ni una foto. Respiro tranquilo y vuelvo a tener fe en la manzanita... al final, con un poco de suerte y persistencia, la cosa funciona.