viernes, 30 de marzo de 2012

Gastronomía en Valencia

La semana pasada logré cumplir con uno de los objetivos que más tiempo llevo persiguiendo: llevarme a mi compañera de piso francesa a las fallas de Valencia y enseñarle cómo nos las gastamos en la capital del Turia cuando se trata de disfrutar de la vida... La chica volvió a Londres a grito de "dios, qué duro es ser español, ¡vaya aguante tenéis!".

Mi compañera se quedó en Valencia una semana, tiempo más que suficiente para recorrer la ciudad y los alrededores. Enseñar mi ciudad a una extranjera me dio la oportunidad de verla con otros ojos y experimentar cuánto está cambiando en los últimos años... de las muchas cosas que que redescubrí me ha parecido especialmente interesante la escena gastronómica y le he querido dedicar un artículo.

Para empezar, como buena extranjera, mi querida francesa quería probar unas buenas tapas, no de las de clase alta, sino las que tomaría cualquier hijo de vecino. Para esto aconsejo en general evitar las franquicias, especialmente los BarrioBar que ofrecen baja calidad y alto precio (decepción asegurada); sin embargo cadenas como Cien Montaditos o Cañas y Tapas no están mal.

Por otra parte, me gusta el desarrollo que está experimentando la cocina internacional. Por ejemplo, existen varios japoneses por la ciudad, la mayoría de ellos tirando a mediocres, pero por la zona de Plaza Cánovas hay algunos bastante buenos. También me topé recientemente con un asador brasileño en el centro comercial El Saler: la carne es de calidad media (no es mala, pero tampoco espectacular), pero el método de asado y el formato de bufet libre le dan un toque muy atractivo.

Para un sabor tradicional, como una buena paella o un arroz meloso típico valenciano, lo mejor son los restaurantes de El Palmar o del puerto de Catarroja. Bajo ningún concepto, y digo ninguno, debería cualquier persona que aprecie su paladar probar un producto de Paellador, eso es una autentica aberración. Recuerdo a los lectores que la paella tradicional valenciana es de carne, no de pescado y, si me apuran, nada de cocinada a gas o calentada en el microondas, ha de hacerse al momento y sobre fuego de leña de naranjo.

Ahora bien, mi más grato descubrimiento es un nuevo bar restaurante justo frente a Presidencia de la Generalitat Valenciana en la Plaza Manises: el Valentina. Anteriormente conocido como Pálpito, el local tiene ahora nuevos dueños (una gente muy maja venida de Chiva) y le han dado una vuelta a la cocina digna de mención. Estuve cenando allí el sábado pasado y me quedé gratamente impresionado con el menú, donde destaco la ensalada de naranja y bacalao, el timbal de sepia, las bravas absolutamente perfectas (suaves por dentro y crujientes por fuera), la morcilla con nuevo escaldado y crema de patata y, como principal, la "hamburguesa deconstruida" (sin el pan de arriba, bañada en crema de queso y con un bacon tan bien cocinado que casi le roba protagonismo a la carne). Y eso sin hablar de las hamburguesas que vienen: carne de toro de lidia, de ciervo, de camello, de zebra...

Poco a poco Valencia se va convirtiendo no solo en una central de fiesta y playa, sino también de buena cocina. Y, si uno cuenta con poco tiempo y quiere disfrutar de una buena cena, aconsejo visitar mi último descubrimiento, el Valentina.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Late night realisations

Sarah: Oh, so you do have metro 24h
Jam: No honey, this is the fist train in the morning, it's already 6am
S: Really? So we've been drinking all night? But it's only Tuesday!
J: Yeah... Welcome to Spain.

viernes, 16 de marzo de 2012

El "fallo" de Loewe

Se comenta estos días en diversos medios el revuelo levantado por el último anuncio de Loewe, en el que un grupo de veinteañeros muestran su visión sobre lo que preocupa a los jóvenes de hoy. El revuelo se debe a que la visión de estos jovenzuelos viene dada por frases como "hacerse mayor es un rollo" o "estar enamorada es súper guay", cosa que difiere sustancialmente del probablemente mucho más común "tengo una carrera y un máster y no consigo encontrar trabajo ni como barrendero". Para el que no sepa de qué estoy hablando, aquí está el anuncio:



La cosa llegó a ser trending topic en la red social Twitter, y dada la crítica muchos se han apresurado a tildar la campaña como fallida, ¿pero es realmente un error? Yo creo que no, y por dos motivos.

El primero, el que mucha gente ya ha puntualizado, es que la clave de la publicidad es llegar al mayor número de personas posible, no importa por qué medios, y un anuncio viral que se convierte en tendencia es todo éxito publicitario, no importan los motivos. Un célere usuario de esta táctica es Michael O'Leiry, consejero delegado de RyanAir, quien nos sorprende de vez en cuando con sus estrambóticas propuestas de reducción de costes como hacer que los pasajeros viajen de pie, cobrar por utilizar el baño, u ofrecer porno bajo demanda durante el vuelo... ninguna de estas propuestas tiene la más remota posibilidad de ser llevada a cabo, pero todo el mundo habla de ellas y se queda con la idea de que "en RyanAir están medio locos, pero hacen lo que sea con tal de reducir costes y ofrecer vuelos baratos".

El segundo es que en toda campaña publicitaria hay un público objetivo que queremos que se sienta identificado con nuestro producto, lo cual podemos conseguir de manera indirecta haciendo que un público "opuesto" se muestre en contra de nuestro producto; algo parecido a aquello de "si votas a los demócratas gana Al Qaeda (ergo vota a los republicanos)". O, por poner un ejemplo más de casa, "si votas al PSOE-PSPV ganan los catalanistas (así que vota a PPCV)". Es una percepción común que el usuario medio en Twitter es de perfil geek, una persona muy centrada en las nuevas tecnologías e internet, mientras que las personas con una actividad social más convencional son percibidas como poseedores de una actividad digital más limitada. Con bolsos valorados en más de 1000€, es de esperar que Loewe quiera identificarse con las clases sociales convencionales (de nada vale gastarte una pasta en un bolso si no sales de casa), por lo que recibir rechazo de parte de la comunidad geek realmente contribuye a tal efecto: crear un producto "exclusivo" implica el rechazo de los estratos "no sociables", de manera que la clase "sociable" puede fácilmente diferenciarse de los geeks.

Resulta curioso cómo en los últimos años se ha venido a decir que el crecimiento digital rompe las barreras entre clases. En realidad este efecto permanece intacto, lo único que proporciona es acceso masivo a la red, y como con toda acción masiva surge la posibilidad de diferenciar "la masa" y "el resto".

viernes, 9 de marzo de 2012

¿Quién atrae a quién?

Este es un pensamiento que me ha asaltado en el metro de camino al trabajo. La mujer sentada a mi derecha estaba leyendo una de estas revistas con colores vivos, páginas en brillo y muchos anuncios, y uno de estos anuncios era sobre un nuevo perfume. El anuncio incluía una doblez que, al desplegar, contenía una muestra de la fragancia, y la mujer se ha mostrado presta a desplegar y oler.

"Qué estereotípico de mujeres, eso de los perfumes", he pensado. Y mi hilo de pensamiento ha seguido hacia maquillaje, zapatos, vestidos, joyas, accesorios... todos esas herramientas de belleza que las mujeres suelen manejar a la perfección y que para los hombres son un misterio tan absoluto. Tan natural de la mujer eso de asegurarse de tener un aspecto atractivo.

¿Pero es realmente natural? Si nos fijamos en otras especies es casi siempre el macho el que exhibe colores, plumas y melenas. Es el león el que presume de pelaje, no la leona. Ese el pavo real macho el que despliega su abanico. Es el canario el que le canta a la canaria. En resumen, es el macho el que atrae. La evolución ha enseñado a las hembras a que su carga de óvulos es demasiado valiosa para entregársela a cualquier macho, y los machos han desarrollado métodos para demostrar que son fuertes, sanos y por tanto válidos. ¿Por qué los humanos lo haremos al contrario?

Tal vez sea una cuestión sociológica, que le ha ganado la partida al aspecto evolutivo. Con el desarrollo de la sociedad la preocupación por la perpetuación de la especie es cada vez menor, a pocos le quitará el sueño pensar que el ser humano se va a extinguir. Eso, unido al hecho de que durante muchos años el poder ha sido ostentado por hombres (y aún lo es en gran medida), puede haber movido el poder de decisión sobre quién elige y quién seduce: con la especie fuera de peligro y los hombre en el poder es la mujer la que quiere (o ha querido) ser una buena candidata para ser elegida por el hombre; puede que muchos/as se lleven las manos a la cabeza ante este comentario, pero no olvidemos que durante muchos siglos los matrimonios han sido una cuestión de acuerdo, de negocios, y que esto puede haber creado la tendencia que comento.

Lo que me pregunto es si, ahora que caminamos hacia un mundo igualitario donde hombre y mujer ostentan similares cargas de poder, las mujeres dejarán de preocuparse por "ser elegidas" y empezarán a dejar a un lado la industria de la belleza.