domingo, 19 de enero de 2014

Una Europa sin guerras

Bien, dos meses después de empezar empezar a conocer la historia de Joan Pujol García ya he acabado el libro. Cierto es que dos meses es bastante tiempo para un libro tan pequeño, pero con vacaciones y trabajo de por medio es lo que ha habido.

La historia es increíble, tan bien hilada que parece una novela. Joan llegó a tener una red de 27 espías ficticios. A cada uno de ellos les otorgó una personalidad, historia y aptitudes diferentes. Algunos cometían errores a menudo, otros eran ejemplares. Algunos se movían por ideales arios, otros simplemente por dinero. Algunos desertaron. Otros murieron víctimas de convenientes enfermedades. Todo una gran mentira urdida para dotar de realismo a los mensajes ficticios con los que Joan y el MI5 manejaban al ejército Nazi. Entre otras cosas, Joan es el responsable de que los alemanes no contraatacaran tras el desembarco de Normandía, pues les convenció de que esta era sólo una maniobra disuasoria y de que el ataque de verdad entraría por Calais.

Sin embargo, a pesar de lo fantástico de la historia, con lo que más me quedo es con los motivos. Joan era un simple barcelonés que odiaba los horrores de la guerra, por eso se presentó sin más en la embajada alemana ofreciéndose como informador con la intención de engañarles. Y gracias a audacias como esta tenemos hoy la viva que tenemos.

Esto no es de desdeñar, Europa vive el mejor periodo de paz de la historia reciente (por algo se llevó el Nobel). No hay más que echar un vistazo a las últimas guerras en Europa:

  • Segunda Guerra Mundial: 1939-1945
  • Guerra Greco-Turca: 1919-1922
  • Primera Guerra Mundial: 1914-1918
  • Guerra de los Balcanes: 1913
  • Guerra Franco-Prusiana: 1870-1871
  • Guerra de Crimea: 1853-1856
  • ...
Por supuesto no estoy contando los conflictos violentos (aunque no bélicos) en los países comunistas o las guerras que no afectaron a más de un país, como la Guerra Civil Española o las guerras causadas por el desmembramiento de Yugoslavia. Lo que quiero enfatizar es que hace ya casi 70 años desde la última vez que un país europeo decidió atacar a otro, circunstancia que ocurría con mucha más frecuencia anteriormente. Ya cada vez hay menos gente que recuerde haber vivido una guerra. Hay gente que ha estudiado guerras o que las ha visto por la tele, pero cada vez menos los europeos tenemos en nuestra memoria una guerra entre países. ¿Imagináis que esto vaya a seguir siendo así?

Hagamos un cálculo simple. Yo tengo 31 años. La esperanza de vida en España es de 81 años, por lo que aún espero vivir en torno a 50 años más. Para que yo no tenga que vivir ninguna guerra en Europa necesito que Europa disfrute un periodo de paz de 120 años, algo que no estoy seguro de que haya ocurrido nunca. 

Y es aquí donde verdaderamente podemos apreciar la labor de Joan Pujol García. Sus convicciones le motivaron a resolver el conflicto de la manera menos sangrienta posible, evitando cuantas más muertes pudiera. Y es precisamente esta idea, la de evitar la violencia en la medida de nuestro alcance, la que representa para mí su mejor herencia: la mejor batalla es la que no se lucha, y la mejor guerra la que no se empieza.