jueves, 28 de abril de 2011

Riqueza idiomática

Recogido de un correo que me ha enviado una amiga (y que posiblemente algunos/as de vosotros/as ya hayáis recibido) una muestra de que en España todavía somos ricos en algo... quién sabe, igual todo es forma de explotar este elemento.

domingo, 24 de abril de 2011

Nombres desafortunados

Yo sé que científicos y tradicionalistas utilizan sabios criterios para bautizar especies animales pero, oye, es que hay veces que me parece a mí que no dan en el clavo... ¿Lavandera boyera? ¿Y por qué no llamarlo porno-chacha lésbica directamente?

miércoles, 20 de abril de 2011

¡Voy a petar!

No, esta vez la cosa no va tanto con la carga de trabajo (como aquella vez), la cual sigue en el tramo técnicamente conocido como "jodido pero manejable". Es simplemente que me he acordado de este anuncio de Volkswagen mostrando las virtudes del cambio continuo...

lunes, 18 de abril de 2011

Maldita obicuidad

Voces en contra de los móviles han estado ahí casi desde el nacimiento de estos, y cada vez más con el advenimiento de los smartphones. Y es que eso de poder hablar en cualquier parte no es siempre del todo bueno, no en cualquier parte.

Estaba yo sentadito en el baño haciendo lo que uno hace tras un desayuno con alto conentido en fibra cuando me encontré completamente perturbado por los ruidos que provenían del cubículo de mi derecha. No es que el temporal inquilino estuviera trabajando en un atasco digno de la M-30, es que con estos móviles tan modernos uno puede ponerse a jugar a los marcianitos en cualquier sitio... ¡y a todo volumen, oigan!

Concentrado como estaba en mantener el foco en la tarea que me ocupaba perdí finalmente la esperanza cuando el ruido de láser sideral fue substituido por una música estridente que, cómo no, representaba el tono de llamada del susodicho movilófilo. En circunstancias normales uno ignoraría la llamada, pero dadas las obicuas capacidades comunicativas que la vida moderna nos brinda, ¿por qué esperar? El presente es aquí y ahora, y el tener los pantalones bajados y el culo sucio no es excusa para no atender una llamada y discutir la reunión mantenida hace tan solo una hora. Claro que no.

Llamada finalizada y asunto resuelto, y todo sin salir del retrete, ¡tamaña muestra de eficiencia! Tal debió ser la satisfacción de este maestro en la gestión del tiempo que, tras colgar, el amigo se puso a cantar de puro contento. Ahí, en el cubículo, con lo pantalones bajados, el culo sucio y la voz de barítono.

Vaya cagada.

lunes, 11 de abril de 2011

Una lección aprendida en Innovalencia

(Esta entrada se puede ver tambien en el blog personal de Claudio García)


El pasado día 9 de Abril tuvo lugar en la Ciudad de la Innovación de Valencia, el primer congreso organizado por el grupo AVANT i+e al cual tuve el placer de asistir. No es mi intención resumir lo que pasó allí (ya hay gente que lo hace y bastante bien, como @RaquelMestres); decir que la organización fué estupenda, el emplazamiento digno de un evento así y hubieron ciertos detalles que hicieron descatar la labor de networking y de 'buen rollo' como que ponentes y público almorzaran y comieran todos juntos en la misma sala.

Pero como decia... no quiero resumir lo que allí pasó sino algo que me llevé de recuerdo, a modo de lección. Ésta vino en la mesa redonda que, dicho sea de paso... creo que ni fué mesa, ni rendonda. Sin duda fue uno de los puntos que se deberían mejorar, puesto que salvo un par de excepciones... el discurso de los ponentes era unidereccional y con un mensaje un tanto 'comodo' y que se está escuchando desde hace tiempo (eso no es innovar): "Vosotros que estais ahi abajo, como público, y que os quejais de todo... que sepais que la crisis no ha pasado y es por culpa vuestra, que no innovais, que no os moveis, que no descubrís el mar de oportunidades que hay ante vosotros porque no emprendeis y no navegais". A ver... que hacen falta fondos para emprender un negocio, ya sea una peluquería o un laboratorio de investigación genética, es algo innegable. Y que ese discurso lo digan personas que pasan holgadamente los 50, con sueldos públicos y con una concepción sobre el ciclo de vida del empleo como [formación->oposición->basta] me parece un poco 'extraño'.


Pues en esa misma mesa redonda, uno de los dos ponentes 'excepcionales' que hubieron, el señor Joaquín Sandoval Pérez, Director TIC de Germaine de Capuccini S.A. y Germipil S.A. el cual estableció que una de las razones de 'todo lo que nos está cayendo' ahora, tanto a nivel profesional como en las relaciones con nuestros semejantes no es culpa de los bancos, ni de los especuladores, ni de la corte celestial... sino del café!


Contó que cuando él era universitario, entre clase y clase se iba él y sus amigos a la cafeteria de Filosofía, puesto que antes era común para Filosofía, História y Psicología, puesto que alli se encontraban universitarios de más de medio campus, compartiendo experiencias, hablando y entablando relaciones sociales . Contó que más tarde, debido a la 'riqueza' y a la segmentación... hubieron tres cafeterías distintas, una para Filosofía, una para História y otra para Psicología.

Más tarde, por aquello de la privacidad, empezaron a haber cafeterias no sólo por universidad sino por departamentos... recluyendo a los investigadores y universitarios de la misma planta a interactuar con los suyos própios, imposibilitando ese enfoque múltiple o establecimiento de relaciones con otros 'gremios' universitarios.

Como culminación a toda esta 'individualización' contó que, como máximo exponente están las cafeteras Nesspreso... que te permiten tener tu propio café en tu propio despacho. Fin de lo social. El café siempre se ha concebido como una pausa, como un break para charlar... cuantas citas habrán empezado con un "...venga, te invito a un café y hablamos...".

Cuanto más terrenales y cotidianos son los ejemplos... más me doy cuenta de la 'alienación' a la que me someto en algunas ocasiones tras la pantalla ;)

viernes, 8 de abril de 2011

Activismo útil

Con la noticia de que otro de mis amigos y compañeros de universidad se ha quedado en el paro, y van ya unos cuantos millones, me vuelco hacia la prensa española para tomarle la temperatura al estado de la nación (no esa pantomima que hacen en el congreso, sino el de la nación de verdad, la de los ciudadanos). Y durante mucho tiempo he visto comentarios indignados en foros, gritos reclamando sangre (no necesariamente de culpables, sino de alguien), convocatorias de manifestaciones... Un largo etcétera que todos conocemos.

Lo que siempre me entristeció de estos hechos es que basan el activismo, ya sea pacífico o agresivo (siempre hay quien dice que hay que recurrir a la violencia sin especificar de qué tipo ni contra quién), en un mero acto pedigüeño. Manifestación por el cambio, pero más concretamente por el que cambio que otros tienen que obrar. Pedimos que los políticos cambien y sean menos corruptos o que las grandes empresas cambien y sean menos codiciosas, pero en definitiva nos manifestamos para que otros cambien, no pretendemos hacer nada nosotros mismos.

Personalmente siempre estuve en contra de esta postura, que considero una mala herencia del franquismo. Aquella época desgraciada que tan mal sabor nos brindó parece habernos dejado una secuela importante: la asunción de que las riendas del país las tienen y las han de tener una casta privilegiada, siendo nosotros nada más que piezas dentro de ese plan maestro que el Gobierno traza y ejecuta. Por eso cuando nos indignamos ante el malestar del país no pensamos en cómo podemos cambiar la situación, sino que simplemente nos reunimos para pedir a los planificadores / ejecutores que hagan mejor su trabajo, asumiendo nuestro rol como el de meros jugadores en un tablero que ellos dibujan y sobre el que no tenemos control ninguno. Paradójicamente, la popularidad de una manifestación no es signo de su éxito sino de su fracaso: cuanta más gente hay pidiendo un cambio menos hay obrándolo.

Pero de vez en cuando surgen organizaciones civiles que sí pretenden cambiar algo. Muchos dirán que esto no sucede "de vez en cuando", sino que en realidad hay muchas organizaciones que hacen esto, pero la mayoría de ellas opera bajo la misma premisa de que el Gobierno es dueño y señor de los designios del país al definirse como apolíticas y vivir de subvenciones públicas. Es por eso que me gusta Avaaz, asociación que he descubierto recientemente; tres son las razones que me llevan a nombrarla:

  1. Porque se define explícitamente como una organización política (punto 8), es decir, que tiene opinión y se moja en presentarla, defenderla y promoverla. Asume el riesgo de perder miembros o adeptos por no casar con sus ideas políticas.
  2. Porque no acepta subvenciones de gobiernos o empresas, solo donaciones de individuos (punto 7). Esto hace que cualesquiera iniciativas promovidas por la asociación hayan de estar soportadas por el esfuerzo económico de personas concretas, no de entidades abstractas, trasladando así la responsabilidad al ciudadano. ¿Quieres cambio? Pon tu granito de arena.
  3. Porque no solo presenta las típicas exigencias idealistas que todo hijo de vecino apoyaría ("menos contaminación", "no a la corrupción", etc.), sino que es consciente de que en ocasiones hay que dar palos y tomar posiciones polémicas o desagradables (como la petición de una zona de restricción aérea en Libia).

Después de todo, no se trata simplemente del país de Zapatero, Rajoy, Mas, Toxo o incluso de los Borbones, se trata de tu país, tu casa. ¿Qué haces tú por mantenerlo?

lunes, 4 de abril de 2011

Un interesante pero peligroso descubrimiento

Este es uno de esos descubrimientos científicos que puede levantar ampollas morales o, particularmente en este caso, reincidir en las ya existentes y por muchos cerradas.

Hasta hace no demasiado el mundo occidental, principalmente condicionado por la iglesia católica, ha considerado la homosexualidad como una enfermedad, dando lugar a casos particularmente notorios como el de Alan Turing. Por suerte con el tiempo aprendimos a desarrollar una mentalidad más a abierta que nos permitió ver la homosexualidad como una mera elección personal.

Pero el debate puede reavivarse ahora que científicos chinos han descubierto y publicado que la ausencia de serotonina en ratones macho les hace perder su preferencia por ratones hembra, iniciando el acto de copulación con machos y hembras indistintamente. Vamos, que controlando un componente químico en el cerebro de los ratones podemos hacer que se comporten como buenos machos o que le peguen a todo.

Por supuesto, la extrapolación al caso de los humanos es más que peregrina, ya que nuestra preferencias sexuales se ven motivadas por patrones muchos más complejos: psicología, emociones, cultura... Cosa que los mismos descubridores de este hecho se preocupan de resaltar, pero aún así no creo que falten quienes esgriman este argumento para defender lo indefendible. ¡Ojo avizor!