martes, 9 de agosto de 2011

El nuevo contrato social

Las convulsiones provocadas tras las protestas del 15M no están cambiando simplemente la relación entre el Estado y la sociedad, sino también entre los diferentes estamentos de la sociedad misma.

Dejadme narrar una escena que a buen seguro muchos podremos imaginar: Al poco de despegar desde Londres camino de Valencia y con la señal del cinturón de seguridad aún encendida un señor mayor sentado en la primera fila se decide a ir al baño. La azafata, de unos treinta y pocos, le indica que la señal de los cinturones aún está encendida y que por tanto debe permanecer sentado, pero el señor insiste. Ante la negativa de desistir, la azafata le indica "la señal de seguridad sigue encendida y no está permitido utilizar el baño, si verdaderamente quiere ir vaya, pero si experimentamos alguna turbulencia y sufre un percance dentro del baño será solo culpa suya". Toda persona cabal se dará cuenta de que la azafata está simplemente cumpliendo con su obligación de velar por la seguridad de los pasajeros y cumplir con la normativa de aviación, toda menos el mencionado anciano quien espetó "oiga jovencita, yo tengo 60 años, usted me debe un respeto".

Y es que la sociedad parece estar cambiando las reglas por las que nos regimos, estamos experimentando un cambio en el concepto de jerarquía, que pasa de ser generacional a meritocrática. Antes el padre siempre sabía más que el hijo y el abuelo siempre sabía más que el padre, el mayor siempre mandaba sobre el joven. Cualquier intento de invertir esta jerarquía se consideraba una falta de respeto hacia el mayor. Parecía que la autoridad era una cuestión de turnos, "ya te llegará tu hora de mandar" decían.

Antes lo que contaba eran los años trabajados, nunca lo producido durante esos años; no había diferencia entre trabajar cinco años de panadero, de fontanero o de periodista. El que está más tiempo en la empresa es el que manda, persona que no necesariamente el que más experiencia, dinamismo o estudios tiene (aunque en muchas ocasiones coincide).

Poco a poco parece que estamos dejando atrás este sistema patriarcal y basado en castas (los políticos tiene hijos políticos, los farmacéuticos tienen hijos farmacéuticos, los cantantes tienen hijos cantantes) y estamos entrando en un sistema donde la responsabilidad la adquiere el más docto en la materia. Como decía Xavier Marcet en su blog, no más jefes al que les tienen que programar el smartphone, el de arriba ha de saber más que el de abajo, y si no hemos de invertir el organigrama.

¡Feliz verano!

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2 comentarios:

  1. Hola Jam, en este caso concreto es el señor el que le falta al respeto a la azafata y su seguridad y la del resto de pasajeros (un incidente en ese momento, puede terminar con el tío aterrizando sobre el cuello de otro pasajero). En cuanto a lo de que el que esta arriba tiene que saber mas que el de abajo, en general te diría que si (En buen líder no es el que es sabio en todas las materias, si no seleccionando un equipo eficiente). Esperemos que tengas razón y que veamos pronto dirigentes bien preparados en todos los campos, pero no se si achacárselo al 15-M, me parece una cuestión de eficiencia-ineficiencia y la gente esta harta de charlatanes ineficientes que al final te llevan a la ruina. Saluditos Jam.

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  2. No sé, sí que es posible que esté extrapolando en exceso las raíces emocionales del 15M, pero algo me da que ahora que el grifo se ha abierto y la gente empieza a ir contra ineficiencias lo va a hacer contra todas, incluidas esas en las que el jefe está ahí porque alguien lo enchufó, no porque sea un verdadero líder.

    Está claro que un tema de debate diferente es cómo se juzga a un buen líder, pero yo soy de la opinión que todo debate es bueno, es más, que cuestionar la capacidad de los líderes o bien demuestra su idoneidad o bien evidencia su incompetencia, resultados ambos deseables.

    Así pues, ¡cuestionemos! :-)

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