martes, 20 de septiembre de 2011

A medio gas

Antes de ser arollado por un tranvía, le preguntaban sus acólitos a Gaudí que por qué se esmeraba tanto en refinar las esculturas que estarían en lo alto de sus pináculos si, total, nadie las alcanzará a ver allá arriba. "Los ángeles las verán" respondía aquel, y asunto resuelto.

La obra de Gaudí, y muy especialmente la Sagrada Familia, se caracterizan por su particular entendimiento de ingeniería (con impresionante aplicación de la catenaria invertida) y por ese concepto artístico suyo que dio nombre a una época, pero lo más probable es que sus diseños no fueran lo que son hoy si no fuera por el amor que imponía a su trabajo. Si Gaudí hubiera sido más conservador calculando la relación coste/beneficio, más "profesional" en su pragmatismo, tal vez la Sagrada Familia sería hoy un gran templo, pero no el referente mundial en el que se convirtió aún estando inacabado.

¿Y si a Guadí le hubieran dicho que no lo adornara tanto? ¿Que no le pagaban para tanto arte? ¿Y si eso fuera precisamente eso lo que nos pasara a nosotros? Nos vemos con la capacidad de crear soluciones de mucho talento, visualizamos lo que debería existir y con nuestras manos somos capaces de materializarlo en el mundo físico, somos capaces de crear... Parafraseando a Violadores del Verso, "pienso las canciones que quiero escuchar y luego las canto". Sin embargo, con todo este potencial a mano, nos vemos abocados a un mundo en el que realmente nadie quiere calidad, sino bajo coste, donde no medra el artista, sino el pragmático, y donde darlo todo no es económicamente eficiente, sino que los márgenes de beneficios se aumentan cuando uno va a medio gas.

La verdad, después de tantos años luchando por ser el mejor, de ganarme incluso enemistades por una tenacidad que pocos entendían, de rascar cada décima en cada examen y cada fallo en cada programa, no sé si podré aprender a trabajar en pragmática mediocridad. Pero, aún más relevante, no sé si quiero aprender.


4 comentarios:

  1. No aprendas, corres el riesgo de acostumbrarte y de gente mediocre ya hay demasiada..por favor, no aprendas, en serio..ser mediocre apesta..te lo juro, soy la voz de la experiencia, soy la persona mas jodidamente mediocre que ha existido..me doy un asco imposible de contar..

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  2. Chica, no te castigues así, que seguro que la cosa no es tan mala... De todas formas aspirar a la mediocridad no es necesariamente malo, es más, creo que la gente alcanza a ser más feliz y a ganar más dinero aspirando a mediocre que a óptimo; como me dicen en el curro, el mayor margen de beneficio se alcanza cumpliendo los requisitos mínimos con el mínimo esfuerzo :-S.

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  3. Hmm...pues a mi lo de la mediocridad no me parece nada satisfactorio la verdad..no,para nada.es más,aprovecho que estamos aquí hablando de esto para reclamar la excelencia :)

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