miércoles, 2 de diciembre de 2009

Los calcetines

¿A quién no le han venido a la cabeza analogías inesperadas inspiradas por musas infrecuentes? Es un momento de creatividad surrealista que casi todos hemos tenido alguna que otra vez, una experiencia como la de Ana:

En esos días en los que el trabajo no te absorbe las neuronas hasta dejarlas exhaustas y la luz que baña mi cara no es la del fluorescente de la oficina, a veces me da por pensar en las cosas curiosas de la vida. Por ejemplo, el otro día abrí el cajón de la ropa interior y descubrí que tenía dos calcetines desparejos. Estos dos calcetines ya tienen un par de años, con lo cual no están en su mejor momento, pero todavía no están para tirar. Y yo, por aprovecharlos, pues “los casé” y me los puse juntos, aunque fueran cada uno de un color. Y me dio por pensar que los calcetines desparejos son como los jubilados viudos que se arrejuntan en las residencias de la 3ª edad: sólo porque sus parejas no hayan resistido el paso del tiempo no quiere decir que ellos tengan que dejar de vivir el tiempo que les queda, verdad??

La ironía es que al poco tiempo fui a buscar una cosa al armario de los remiendos, y ahí encontré los supuestos difuntos calcetines esperando que les cosieran “la patata”, lo cual desmontó por completo mi teoría… Lo que en verdad había pasado es que mientras ellos estaban en el hospital, sus respectivos cónyuges les habían puesto los cuernos con todas las de la ley… C’est la vie!

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