jueves, 31 de diciembre de 2009

Los pequeños son rudos

Hacía tiempo que no me quejaba de nada. Yo pensaba que tal vez fuera por lo festivo y jolgorioso de las fechas por las que pasamos aunque, más bien al contrario, resultó que el ritual de los regalos traía consigo una ignota y desagradable sorpresa. Ante los cada vez más difíciles de satisfacer hijos/sobrinos/ahijados/padres/etc. la industria respondió con dos propuestas de corte conformista y cumplidor: el cheque regalo, que brinda la oportunidad de envolver con papel de seda y un lacito el clásico "cómprate lo que te guste que yo te lo pago", y el tique regalo, con solventa nuestros dilemas con un "cómprale esto mismo y si no le gusta que lo cambie". No me malinterpretéis, no estoy en contra de estos formatos (yo mismo le he dado a mi madre un cheque regalo por Navidad), pero traen consigo unos males que de otra manera habrían sido desconocidos.

Por Navidad recibí, entre otras cosas, tres camisas y un pantalón de vestir, todas ellas fantásticas pero una talla más grande de lo debido (ja, nada que el tique regalo no pueda solucionar). Cargado con mis nuevos ropajes me dirijo primero a El Corte Inglés a cambiar la primera de las camisas:

JAM: Buenas, vengo a cambiar esta camisa, aquí está el tique regalo. El modelo me gusta, simplemente necesitaré la talla pequeña en lugar de la mediana.
DEPENDIENTA: Lo siento, no tenemos talla pequeña.
J: Bueno, pues muéstrame las tallas pequeñas de otros modelos.
D: No, no tenemos talla pequeña de ningún modelo.
J: ¿Y cómo es eso?
D: Porque esto es la sección de camisas para caballero.
J: Ah, ¿y no hay caballeros pequeños?
D: Je, je, no, son todos con tripita y utilizan al menos la talla mediana.

La broma con la que la pobre chica trató de salir del atolladero me pareció harto desafortunada, pero aún más desafortunada me parece la decisión de no contar con tallas pequeñas. Deshice el entuerto cambiando la camisa por una mediana de tallaje ajustado, pero ya salí un tanto mosqueado. La siguiente parada fue Pedro del Hierro, mismo problema. Y lo siguiente fue Tommy Hilfiger, con idéntico resultado.

Soy más bien bajo, mido 1,67m, así que pensé que tal vez se debiera simplemente a que formo parte de un sector de la población no cubierto. Pero resulta que la altura media de los hombres españoles está en torno a 1,75m (varias cifras al respecto): un incremento del 6% de esta altura media nos sitúa en 1,86m, que implica una constitución para la que no se suele tener problema en encontrar talla (salvo que uno sea gravemente obeso o tenga algún tipo de problema similar). Sin embargo, un decremento del 6% con respecto a esa misma altura media nos deja en 1,65m, una altura inferior a la mía y que implica una constitución para la que, como ya se ha visto, sí hay problemas de stock. Me sorprende que las marcas se preocupen tanto en vestir a aquellos que se salen de la media por arriba con tallajes L, XL, XXL, XXXL y sección dedicada de tallas grandes pero se dejen de lado tan fácilmente a aquellos que se salen por abajo.

Hace ya algunos años que las marcas empezaron a ver en "la mujer real" una importante fuente de ingresos y empezaron a hacer ropa para ellas. La cosa evolucionó y llegó a ser tan importante como para que el gobierno realizara un estudio antropomórfico (que dio lugar a bromas como lo de "la mujer es pera, guitarra o tubo") o para que pasarelas de moda incluyeran una sección para tallas grandes... Tal vez a los diseñadores no les agrade la idea pero, ahora que ya han reconocido que existen mujeres gordas, tendrán que acostumbrarse a que también hay hombres bajos.

4 comentarios:

  1. Cierto es, que la pobre estuvo pringando todo el día conmigo de tienda en tienda... Primi! Que tienes el cielo ganado!

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  2. jaja! Bueno, yo por mi primi... todo:)

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