domingo, 23 de mayo de 2010

Eslóganes confusos

Ayer me encontré con la siguiente maquinita en un Tesco.

Tate, si mi inglés y mis conceptos básicos de economía y finanzas no me fallan, yo diría que las monedas (coins) entran dentro de la categoría de dinero en efectivo (cash), ¿cómo es posible que esta máquina te convierta de una cosa a la otra? Pues bien, parece ser que el concepto es el siguiente: tú tienes un montón de monedas acumuladas por todas partes: en los bolsillos del chándal, en el primer cajón del escritorio de tu oficina, en el pote de la cocina... muchas de esas monedas son de un céntimo o dos (o de un penique o dos si vives en el Reino Unido) y no son aceptadas por máquinas expendedoras, por lo que son virtualmente inútiles. Cierto es que las puedes acumular y utilizarlas para pagar cuando vas al mercado, pero comprar una barra de pan y un cepillo de dientes y pagar como si le hubieras reventado la hucha al hijo del vecino queda un poco cutre (por no hablar del pateo de contar las monedicas). Así pues, aunque esas monedas son dinero, en cierto modo no las puedes utilizar como tal.

Lo que esta máquina permite es volcar todas las monedas en el interior, sin contar, sin insertar en una ranura, simplemente al mogollón, y la propia máquina las contará y te generará un recibo con el valor nominal conjunto; este recibo es considerado dinero en efecto por las entidades participantes (supermercados, bancos, etc.), por lo que puede ser utilizado para pagar e incluso se obtiene el cambio si el valor nominal del recibo es superior al de la compra. Fácil, ¿no? Podéis incluso ver una demo aquí.

A ver cuándo llega a España.

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