Hablando con mi padre me cuenta esta historia que le ha ocurrido y que me recuerda a aquello de “Manolete, si no sabes torear pa que te metes”, o ciñéndonos al dominio que nos ocupa, sería algo como “si no sabes proveer un servicio pa qué coño te montas una empresa”.
Cierto día mi padre ve la factura del agua y la nota algo más alta de lo normal. Para contrastar baja a ver el contador y examina la lectura: 2394,4. Revisa facturas pasadas (que para eso mi padre es muy precavido, se archiva todas las facturas de todos los servicios que contrata) y resulta que tal lectura corresponde a noviembre de 2006, ¡hace ya dos años y medio! Extrañado por este hecho se pone en contacto con Aguas de Valencia S.A. (compañía mixta de capital público y privado).
Padre: Mire, que acabo de mirar el contador y resulta que marca una lectura de hace más de dos años.
AVSA: Sí, es que ese contador está muerto.
P: Ah, ¿pero lo saben? ¿y nunca se les ha ocurrido arreglarlo?
AVSA: No, funcionamos por lectura estimada.
P: ¿Lectura estimada durante dos años? ¿Son conscientes de la variabilidad que puede haber con respecto al consumo real?
AVSA: ¿Y usted es consciente de la cantidad de contadores que tenemos que controlar? Solo en Mislata ya hay 50 000 habitantes...
Llegados a este punto es cuando se me erizaron los pelos de la espalda, del culo y hasta del escroto. Que me pellizquen en las corvas, ¿me estás diciendo que, como tienes muchos clientes, te cagas en hacer bien tu trabajo? Buff, claro, y como no hay otro proveedor de aguas tampoco es que vayas a irse a la competencia, ¿no? Que una empresa te haga un servicio de este calibre me parece malo, pero que encima se trate de una que controla un bien del que no se disponen precisamente excedentes ya me parece negligente.
Lo más curioso es que, dos días después de ese despectivo y descuidado “tenemos muchos contadores que controlar” ya habían venido a cambiarlo por otro, ¡ja! Pues parece que no es tan difícil cambiarlo... Lástima que el nuevo no trajera el contador a cero (que sería lo suyo) y que cuente más de la cuenta (un ritmo de 2 metros cúbicos por hora), si no casi diría que en AVSA han aprendido a hacer las cosas bien.
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