martes, 15 de junio de 2010

Con el buen tiempo y los nuevos gobiernos llegan los baños

Esta mañana City AM publicaba en primera página y con letras gigantes la deuda con la que el Reino Unido tendrá que librar en los próximos 5 años: nada menos que 1.4 billones de libras (que se dice pronto). Por supuesto, el actual gabinete le echa la culpa al anterior gobierno, quien supuestamente ha gastado de más, ha maquillado la situación de las finanzas y, en definitiva, ha hecho una gestión nefasta de la crisis.

Lo curioso es que no es el único nuevo gobierno que dice esto. El de Hungría se desmarcaba recientemente con unas declaraciones cortadas con el mismo patrón, mientras que el gobierno griego, entre muchas de las patatas calientes que le pasó a la banca, dejó caer alguna que otra vez que la culpa era de la mala gestión de los gobiernos anteriores.

Vaya, parece ser que todo nuevo gabinete es tremendamente bienvenido dado que el anterior era incompetente como un cirujano manco... o parece ser que todos conocen el mismo truco: El Gran Baño. En la jerga financiera se conoce como un Gran Baño (Big Bath) la manipulación deliberada de los libros contables para mostrar unos resultados mucho peores de lo que en realidad son, a fin de desprestigiar la anterior gestión y facilitar el camino a unos resultados de mejora con respecto al próximo ejercicio. Ojo, esto no conlleva ilegalidad o mentira, simplemente algo de creatividad.

Pongamos el siguiente ejemplo. Una empresa compra unos nuevos servidores para procesamiento de datos que cuestan 5 millones. Aunque los servidores se pagan hoy su uso se extenderá en el futuro, así que no tiene demasiado sentido imputar todo el gasto en el ejercicio actual; en este caso se considera el gasto una inversión amortizable y su valor se extiende a, por ejemplo, 5 años, de manera que en lugar de apuntar en el libro un gasto de 5 millones hoy apunto uno de 1 millón hoy y otra vez durante los próximos 4 años, es práctica común. Pero pongamos ahora que quiero darme un bañito, entonces imputaré la compra de los servidores no como una inversión amortizable sino como un gasto operativo, cargando la totalidad de los 5 millones en las cuentas de este año; esto no solo mostrará una imagen peor que la realidad durante el ejercicio actual, sino que ayudará a mostrar una mejora en los venideros (hay un gasto de un millón al año que me he quitado de encima).

Que nadie se sorprenda si, tras los muchos varapalos de Zapatero, el PP gana las elecciones de aquí a dos años y vienen con que "han descubierto que la situación financiera era mucho peor de lo que se pensaba".

2 comentarios:

  1. Mmmmm... no se como estara la normativa en inglaterra con el tema de las amortizaciones, pero aqui en España, el Ministerio de Hacienda, que esta muy espabilado, tiene una normativa especifica para el tema de las amortizaciones, resumidamente dice que no te puedes amortizar los activos que incorporas a tu empresa como te de la gana, sino que tienes unos maximos anuales amortizables, lo puedes comprobar en el capítulo I del RIS. Por tanto aqui en españa el baño no es tan grande, mas bien, una ducha rapidita :p

    ResponderEliminar
  2. Buen dato Javier, aunque en este caso se trata de lo contrario, de desamortizar para empeorar el aspecto de las cuentas. De todas formas esto es solo un ejemplo de trucos para "tunear" los libros a gusto del consumidor, se puede jugar con las amortizaciones o con otros parámetros.

    Además, aunque hay leyes para la contabilidad corporativa, no hay recursos para comprobar los libros de todas las empresas, lo cual da vía libre a los creativos contables; me viene a la cabeza la debacle de Enron a principios la década pasada: cuando la empresa enfiló el camino de la bancarrota y los libros empezaron a ser escrutados se encontraron perlas como un gasto de $1,000,000 para la fiesta de cumpleaños de la mujer del consejero delegado contabilizado como "gastos de representación". ¡Ja!

    ResponderEliminar